lunes, 8 de junio de 2009

didaXis

al despertar del dìa me encontre con la no habitual sorpresa de tener un cuerpo -aùn vivo- a mi lado. Escandalo seguro el que sufrieron los vecinos. La cantidad de probabilidades que existen para que un desastre natural usurpe tan grata sorpresa, parece casi nula pero el desastre social de la habilitaciòn presta para interuactuar, delinque utilizandome como botìn y a tan preciada doncella desporja de este prototipo de dios. dificil se ha vuelto la tarea de parecer sólo secuencia de grafías repetidas por su realidad acústica , instantes antes de que pueda liberar esos iris de sus parpados protectores. Trabajo arduo el colorearse de nuevo la boca con tan luminosa agua, justo un par de minutos antes de ponerse en pie. El único ser dispuesto ha tomarse la molestia de enviarme el mensaje: es hora de volver, permanece oculto ante tanto nubarrón digno de la estación mental por estos campos, bajo estos astros. Complicada labor olvidarse de la estrella que continua su camino, de la cual soy fragmento de estela; mientras observo justo antes de doblar la esquina, unica esquina de mi abecedario, el nombre de la noche...del día, de todoeltiempo sobre mi cama. Màs complicado aún marchar cuando tan bello cadaver respira y no logra ver mi agonia por partir. La onda del ser humano exige el movimiento entre conceptos, la reaparicion de la materia: mero cuerpo del delito. He insisto recargandome en el quicio -sin perder el mio- de la puerta, el tiempo del abandono no es todo, tan solo un fragmento mucho menor al que nos ha vuelto estelas de estrellas que entre tanto devenir han colapsado. Cierro la puerta y parto hacia la fracción temporal en que soy humano cuerpo.